REESTRENO VIERNES 01 DE ABRIL A LAS 23 HS. TEATRO PATA DE GANSO
El espectáculo se presentó en octubre y noviembre de 2009 en el Teatro Payró y en abril de 2010 en Belisario Club de Cultura, en la ciudad de Buenos Aires.

jueves, 8 de octubre de 2009

(versión performática de Rey Lear, de William Shakespeare)

Como una hoja en blanco, el actor y su cuerpo dibujan en el espacio un registro, un tono y un ritmo particular, conformando un personaje... Que además habla.

SINTESIS ARGUMENTAL

Lear, anciano rey de la Bretania, decide abdicar todas las posesiones de su reino en favor de sus tres hijas a cambio de saber cuánto lo aman. Engañado por las dos aduladoras hijas mayores divide las riquezas entre ellas mientras deshereda a Cordelia, símbolo del amor filial, quien lo ama realmente y no quiere seducirlo con falsas palabras. La princesa abandona entonces el hogar paterno casándose con el rey de Francia.
Luego de repartirse la dote de Cordelia e impulsadas por sus maridos, Gonerila y Regania desprecian a Lear quien creía tener un refugio en el hogar de sus hijas. Con enorme dolor y acompañado solamente por su bufón, el anciano se interna en el bosque donde enfrenta una dura tormenta.
Al enterarse de los hechos, la ternura de Cordelia la mueve a correr junto al viejo para ampararlo pero las tropas francesas son derrotadas frente a las tropas enviadas por sus hermanas y ambos son encarcelados y condenados a muerte. Lear, moribundo de dolor, lleva en brazos el cadáver de su fiel hija menor cuyo puro amor advirtió demasiado tarde comprendiendo finalmente el precio de su miseria.

QUIENES SOMOS

Lear, Gonerila, Regania, Cordelia y Bufón: Gonzalo Villanueva
Cello: Diana Griot

Traducción y adaptación: Viviana Foschi y Gonzalo Villanueva
Traducción del soneto final: Manuel Mujica Láinez
Música original: Diana Griot
Danza de Gonerila: Atilio Schweizer
Fotografía: Karina Mendoza
Diseño gráfico: Agustina Bruchmann y Leopoldo Villanueva
Realización de vestuario: Malvina Aranda
Diseño y realización de utilería y escenografía: Sandra Hornes y María Maidana Corpus
Diseño de luces: Maxi Libera y Gonzalo Villanueva
Entrenamiento en Técnica del bufón: Luciano Cohen
Técnica vocal: Marcelo Velasco Vidal
Prensa: Alicia Accinelli
Producción: Matías Taverna
Asistencia de dirección: Victoria Cabrera y Flavia Carlucci
Montaje: Luciano Cohen y Maxi Libera
Puesta en escena: Gonzalo Villanueva

Duración del espectáculo: 60 minutos

LOS CAMINOS QUE SE BIFURCAN...

Luciano Cohen
Se formó con Marcelo Savignone, Gabriel Yamil, Alfredo Iriarte, Jeremy Wade, Walter Velásquez y Leandro Rosatti. Como actor trabajó en “De noche”, “Cacuara Capitán del espacio”, “Martinica” y “Todos mueren al final”, entre otras producciones. Ha realizado la Asistencia de dirección en seis espectáculos dirigidos por Marcelo Savignone. Es docente de Iniciación y juegos teatrales, Máscara neutra, Bufón e Improvisación en el Teatro Belisario. Se desempeña como Coordinador artístico del teatro Belisario.

Viviana Foschi
Se formó en el Lee Strasberg Theater Institute, el Singer Forum y con Joy Morris. Entre sus trabajos de dirección se cuentan “Días gloriosos”, “El hormiguero”, “Lo que guarda la estupidez”, “Criaturas de silencio” y “Te lo juro yo, hablando con la luna”. Realizó el montaje y la dirección de actores de “Edipo Rey” en sus dos temporadas en el Teatro del Abasto.

Diana Griot
Es Profesora Nacional de Música con especialización en Violoncello. Continuó su formación con los maestros Viktor Aepli, Eduardo Valenzuela, Stanimir Todorov. Es profesora de cello en distintas instituciones y eutonía en cursos privados. Participó como solista en “Los negros pájaros del adiós”, “Historias de amor y sombras”, “Acreedores”, “Boca que vuela” y “Pinguinos”, entre otras. Ha integrado diversas agrupaciones de música de cámara participando en ciclos de conciertos en el Salón Dorado del Teatro Colón y el Salón Dorado de la Casa de Cultura de la Ciudad de Bs.As., entre otras.

Maxi Libera
Se formó en la Escuela de Teatro de La Plata y el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Participó en seminarios de puesta en escena y dirección con Rubén Szuchmacher, Ricardo Bartís, Luciano Suardi y José María Muscari. Trabajó como regie y como asistente de regie para el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Realizó el entrenamiento actoral en “Edipo Rey”, de Sófocles. Es profesor de teatro en escuelas de la provincia de Buenos Aires. Como actor, participó en varias producciones del Grupo Accidental de Teatro, en La Plata y Buenos Aires.

Gonzalo Villanueva
Se formó con Lizardo Laphitz, Agustín Alezzo y en el Lee Strasberg Theater Institute. Continuó sus estudios con Ricardo Bartís, Augusto Fernández y Robert Castle, en Nueva York. Fue elenco estable de la compañía Repertorio Español de NYC participando en siete producciones entre las que se cuentan “Yerma”, “Bodas de sangre”, “Los cabellos de Absalón” y “La malasangre”. Protagonizó “El diario de Adán y Eva” y “El kaso Dora” en Puerto Rico. Fue actor del show “Villa Villa” de la compañía de la Guarda en su gira por Buenos Aires. Protagonizó “Edipo Rey” en el Teatro del Abasto y participó en “Eduardo III”, obra inédita de Shakespeare en su estreno latinoamericano.

“Crónica breve de un rey y su sombra”: intensa actuación

Lear, del poder al desamparo

Los agitados días del protagonista de una de las más famosas tragedias de Shakespeare resurgen en esta versión que acomoda un complejo despliegue argumental al reducido tamaño del unipersonal. Dejando intacta la hondura del original. Gonzalo Villanueva brinda fuertes composiciones (se desdobla en cinco personajes) y arma una rigurosa puesta.

Tarea ardua. Es que seleccionar las situaciones esenciales y rescatar únicamente varios de los numerosos personajes de Rey Lear, dándole cabida al material escogido dentro de las medidas de un unipersonal, es más que difícil.
En esta síntesis argumental, la historia se centra alrededor del anciano rey, sus tres hijas y su bufón. La intención es dar una idea de lo complejo del itinerario narrativo, que asumieron Viviana Foschi y Gonzalo Villanueva a través de una resumida y acertada versión libre. Camisa blanca, pantalón oscuro hasta las rodillas y descalzo, rodeado de unos pocos elementos de utilería, Villanueva recrea por intermedio de su voz de cambiantes matices a esos cincos prototipos para desandar el camino del protagonista en cuanto a los aspectos fundamentales, sin que la adaptación se aleje de la densidad del relato original.
Dejando en descubierto una entrega total, el actor ofrece una caracterización intensa de cada rol, desplegando estéticos movimientos corporales. A su turno, maneja pausas y silencios sugestivos. Un caballito de madera, una mesa con comida y bebida, un par de telas que encierran significados especiales y dos muñecas redondean ciertos pasajes. El acotado diseño de luces, de Villanueva y Maxi Libera, ayuda a plasmar atmósferas potentes, en el marco de un escenario casi en penumbras. Las intervenciones musicales de la cellista Diana Griot contribuyen a construir instantes contundentes.
“La maldad no es tan espantosa en los demonios como en una mujer”, “Inmolas tu poder a la lisonja”, “Los perdono a todos” mientras se coloca en la cabeza una corona de flores silvestres, metáfora en la que se perciben raíces bíblicas y “Tan abrumado por el dolor como por el peso de los años” se constituyen en algunas de las frases reveladoras de los estados de ánimo del rey, jaqueado por el arrepentimiento, el desamparo y la desilusión. En Crónica breve de un rey y su sombra y en la obra completa sobresalen los mismos sentimientos, que siguen generando infinitas reflexiones: la hipocresía, el despotismo, la envidia, la ambición descontrolada y la muerte, que ronda siempre como un siniestro fantasma. El amor fiel y la abnegación de Cordelia hacia su padre son el bálsamo que alivia los innumerables sinsabores.
Gonzalo Villanueva (fue alumno de Agustín Alezzo y del Lee Strasberg Theater Institute) aporta su desempeño actoral y también una puesta en escena rigurosa, sin concesiones a ningún facilismo en esta aguda descripción de personajes inquietantes que, desde el texto, suscribe el inmenso Shakespeare.

Rafael Granado (VEAMAS Magazine)

La mística fusión de Rey Lear

El singular heroísmo escénico de Gonzalo Villanueva transfiguró los legendarios designios de Shakespeare convirtiendo su mediático Rey Lear en un suculento y enigmático unipersonal.
Arrogantemente introducido en la piel de Lear, sus tres hijas y el consabido bufón de la corte, Villanueva ejerce todas sus disyuntivas histriónicas atractivamete. Todo el deslumbrante clasicismo y sus seculares desinencias permanecen intactas en esta versión, que pacta subrepticiamente con la tradición, sin vulnerar ninguna de sus fascinantes prerrogativas.
Esta versión libérrima de Villanueva y Viviana Foschi traspasa candilejas y adosada a una única y virtual interpretación puede llegar a sugerir que nadie es imprescindible en el sofisticado eufemismo de la gesta teatral.
En escena, el susurrante cello de Diana Griot acompaña y fortalece la acción, como un aditamento perspicaz e inspiradamente programado.
Entre las cuatro paredes del Teatro Payró este Rey Lear deambula furtivamente con todo su alegórico cortejo de fantasmas invisibles.

Norma Dumas (26 Noticias y Revista Veintitrés)

“Crónica breve de un rey y su sombra”: el cuerpo humano en la oscuridad del campo político

Esta inquietante puesta del Rey Lear es una radical recuperación del fondo de la tragedia shakespereana mediada por la riqueza interpretativa de un único cuerpo multiplicado en cuerpos que ondulan, reptan, se contorsionan y gimen hasta agotarse, mientras la humanidad sonora de un cello los interpreta en la singularidad exquisita de cada movimiento. En nuestra lógica contemporánea el cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando es un cuerpo productivo. La lógica de la monarquía es inversa por su carácter mítico. El Rey Lear es rey en virtud de su cuerpo ungido por el tiempo sagrado, más allá de su voluntad y de su contingencia individual. Sin embargo, el Rey Lear emprende una maniobra contra la naturaleza. Se siente anciano y vencido. Decide abdicar su poder en favor de sus hijas, movido por una autocomplacencia excusada bajo la lógica de su débil “productividad” al servicio del reino. Para hacerlo, Lear acude a un ardid sofístico que sólo puede formular quien ya ha perdido el honor antes de ceder el poder. Convoca a sus tres hijas para evaluar respuestas. “¿Quién de ustedes, hijas mías me ama más? Que la mayor extensión de nuestro reino se conceda a aquella cuyos sentimientos naturales merezcan mayor galardón.” Lear no comprende que el amor filial, menos que ningún otro, puede cuantificarse en base a la elocuencia. Eso lo conduce a dividir el reinado entre sus dos hijas mayores, mientras que deshereda y expulsa a la menor por su falta de retórica servil, o más bien, porque los oídos de Lear están demasiado aturdidos para oir la sutil dignidad en la expresión de un amor filial. Lear pareciera ignorar que su acto desafía al orden natural en dos aspectos: la abdicación de su poder sagrado y la iniquidad de desheredar a su hija menor. La conjunción de ambas acciones producirá lo atroz pero, en su obstinada sinrazón, Lear pretende permanecer protegido dentro de la unidad del orden cósmico y político. Su alter, el bufón, cabalga en versos la violencia perpetrada por la cesión de un poder sagrado a la perfidia de lisonjas, lo cual terminará por despojar a Lear de su cordura. Al desnudarse de su investidura sagrada, Lear no recupera el honor intrínseco de una desnudez humana sino que se enfrenta a la máscara de un hombre en cuyo interior no hay cuerpo sino despojos de humanidad: Lear no puede ser hombre sin ser rey. Pero tampoco puede ser rey ni hombre sin concentrar la suma del poder en su propio cuerpo. Se resiste a entenderlo. A partir de entonces se transforma en una sombra de fragmentos poéticos movientes cada vez más vigorosos. La sutileza de lo inconexo se convierte en su única fuerza y su poder. Gonzalo Villanueva ha logrado acaso uno de los montajes más virtuosos de la locura de Lear, donde cada sílaba del verso shakespeareano se desprende de la interioridad de un movimiento. Diana Griot ha logrado crear e interpretar la inquietante sinuosidad de ese fondo moviente. La puesta culmina con la enunciación de una pregunta que coloca al espectador ante el dilema. Hoy, en la región más oscura del campo político, en su cono de sombra, Shakespeare sigilosamente nos interroga. Hemos naturalizado la lógica de los cuerpos al servicio de ideologías. Hemos desnaturalizado nuestra corporalidad. Somos cuerpos que visten disfraces al servicio de la productividad. Hasta la desnudez es un disfraz condenado a servir. ¿No seremos acaso dibujos simétricos de Lear? ¿Imágenes invertidas de un Rey?


Gabriela Ramazzotti
Traductora de inglés (Instituto Superior en Lenguas Vivas). Licenciada en Ciencias Sociales (UNQUI). Publicó una investigación sobre la relación entre la escritura logográfica china y su sistema político. Actualmente elabora una tesis de Maestría en filosofía política (Universidad Nacional de Quilmes). La dramaturgia de Shakespeare en su idioma original le permite conceptualizar a través del movimiento de la poesía escénica los problemas perennes de la filosofía política.

En radio...

"Me llevé una muy agradable sorpresa ya que "Crónica breve de un rey y su sombra" superó ampliamente mis expectativas. Gonzalo Villanueva logró una magnifca creación en todos los personajes dándole a cada uno de ellos la dimensión requerida por la tragedia original.
Diana Griot logró con su maravilloso cello el marco necesario para acompañar esos textos bien adaptados."

Elena Oliveto
El sonido de la música
FM 97.9 Radio Cultura